¡Blanco Vila Alcalde! ¡Alcalde, NO! ¡¡PRESIDENTE!!

SIII!!! el que en su día compartió con nosotros las obras más grandes de la literatura universal (empezando por el gran Ulises) pretendía hacerse con la alcaldía de Boiro

Para muestra, un botón, he aquí el discurso de este gran personajillo:

Por qué voy a ser alcalde de Boiro

LUIS BLANCO VILA, CANDIDATO INDEPENDIENTE POR EL PP

Ante todo, porque me lo han pedido personas responsables de mi pueblo, empresarios, profesionales liberales y comerciantes, amigos y hasta desconocidos. También porque, frente a mi deseo de descansar, han esgrimido el argumento, para mí definitivo, de responder a valores morales con mi obligación moral de defenderlos. Valores básicos, naturales, nada del otro jueves: amor a los padres, a la tierra, a las tradiciones, a la amistad, a la convivencia, al orden, a la educación, al respeto a los mayores, a la palabra dada, al perdón como fuente de felicidad?¡Qué barbecho en ese campo de valores!

Pero, sobre todo, voy a ser alcalde de Boiro porque mis conciudadanos - y yo el último- están hasta el mismísimo gorro del gobierno municipal que nos ha caído en desgracia. ¿Por qué? Porque no nos gobierna, porque sólo busca adoctrinarnos, condicionarnos ideológicamente, entretenernos, embaucarnos, adormecernos, amordazarnos y privarnos de la libertad democrática que tanto nos ha costado conseguir, todo ello ofreciéndonos caramelos envenenados con el envoltorio de no sé qué cultura que fomenta el odio e inculca, mentirosamente, resabios de una historia, más triste cuanto más manipulada, más horrible cuanto más mentirosa, mostrándonos, en placas, monolitos o monumentos de la mejor escuela mussoliniana de arte del barrio romano del EUR, media Galicia mártir, medio Barbanza mártir, medio Boiro mártir, como si los martirizados de antes y de después de agosto de 1936 no lo hubieran sido en la misma medida, tal vez porque las balas que los asesinaron procedían de la democrática Unión Soviética de Stalin, antes, o de la fascista y nazi despensa armamentística del Führer o del Duce, después.

Después de 70 años de los penosos hechos, esta división por razón de odios, que impregna el aire de Boiro y que tiene su fuente primera y motora en los despachos del gobierno municipal, esta impregnación morbosa, digo, se renueva cada día, como uno de los escasos servicios que imparte el ahora bipartito que rige el Concello, supliendo cualquier otro que signifique obras públicas y comunitarias, de las que Boiro está tan necesitado. Y, por supuesto, esta especie de bruma ideológica permite a los que están en el gobierno "por lo que están", a los que se han hecho viejos y ricos en la política municipal, seguir engordando sus bolsas, seguir levantando sus segundas y terceras residencias -a veces contra toda norma urbanística- y ensanchando sus lujos? Si lo aplicamos al momento actual en Boiro, tendríamos, como resumen gráfico: tres años y medio de niebla ideológica y medio año -el que falta para las elecciones- de demagogia electoralista, engaño victimista, obras y obras que se anuncian -y hasta dicen que se inician- con la única misión de engañar al elector.

Y, claro, aparece por el escenario un "paracaidista" -como me ha denominado uno de los más ambiciosos arribistas de la marginalidad política de Boiro-, que no quiere más que hacer gestión municipal, que dice ingenuamente que no va a consentir más chanchullos en la casa de todos, que va a acabar con los funcionarios-mecenas que se prestan a ilegales y rentables operaciones a favor de sectores muy activos del desarrollo y que, para colmo, teniendo cartel de intelectual no se une al grupo Barbantia, y? ¡hala!, leña al mono, "vamos a hacer la vida imposible" al tal parachutista, sin importarles un comino la voluntad purificadora de la gran mayoría de esta estupenda comunidad boirense.

Por eso quiero y voy a ser alcalde de Boiro, mi pueblo. A ver si, de una vez, el gobierno de este municipio adquiere la velocidad de crucero a la que marchan los industriales, los empresarios y los ciudadanos de a pie. Ahora está a cien leguas.

Yo todavia no me lo he leído, pero lo haré...